APLICACION PRACTICA Y ESTUDIOS DE CAMPO FEL

Nuestra teoría también se fundamenta en estudios de campo y experiencias directas de la Fundación Emprendedores de Luz en comunidades vulnerables. La observación y el análisis de familias triangulantes y los patrones de violencia aprendida nos han permitido identificar cómo los entornos contaminantes, tanto sociales como físicos, contribuyen a la perpetuación de la violencia.

  • Violencia y Pobreza Estructural: En el II Coloquio Internacional sobre Gestión Pedagógica e Innovación Educativa, aprendimos que países como Colombia necesitan hasta 12 generaciones para superar la pobreza y la violencia intergeneracional. Este hallazgo refuerza la importancia de nuestras intervenciones educativas y sociales, ya que nuestra misión es reducir el ciclo de pobreza y violencia mediante la neuroeducación y el empoderamiento comunitario.
  • Movilidad Social y Educación: Informes de la BBC y de Revista Estrategia y Negocios resaltan que la movilidad social en América Latina es extremadamente baja, y las familias pueden necesitar hasta 12 generaciones para salir de la pobreza. Nuestra teoría postula que al romper el ciclo de violencia a través de programas educativos, podemos reducir significativamente este tiempo, ya que educar a las nuevas generaciones en neuroeducación y empatía crea una base sólida para la paz y la movilidad social.

Los entornos contaminantes abarcan tanto los factores físicos como emocionales que perpetúan la violencia. La exposición continua a violencia, estrés crónico y ambientes tóxicos no solo afecta el bienestar mental de las personas, sino que también tiene un impacto directo en su salud física y en el desarrollo cognitivo de las generaciones futuras.

  • Entornos Contaminantes y Neurociencia: Investigaciones como las de Robert Sapolsky han demostrado cómo los entornos de estrés crónico y violencia estructural afectan el desarrollo cerebral. Los niños criados en estos entornos tienden a desarrollar respuestas agresivas y a experimentar altos niveles de estrés, lo que perpetúa el ciclo de violencia.

Nuestra experiencia práctica ha mostrado que, al aplicar las teorías neurocientíficas en nuestros programas de intervención, hemos observado saltos neurológicos en los participantes, quienes a través de la neuroeducación y la rehabilitación emocional han logrado romper patrones de violencia profundamente arraigados. La sanación individual ha permitido que se registren cambios significativos en el comportamiento de los participantes y que este conocimiento pueda ser replicado en otras familias.

  • Neuroplasticidad y Trauma (Dr. Eduardo Calixto): Según Calixto, el trauma intergeneracional afecta la plasticidad neuronal, alterando la forma en que el cerebro responde al estrés y perpetuando respuestas agresivas. Esto sugiere que la exposición al estrés y la violencia en un entorno familiar violento impacta profundamente el desarrollo cerebral y las conductas de las siguientes generaciones.
  • Neurociencia de las Neuronas Espejo (Dra. María Rojas Estapé): Las neuronas espejo juegan un papel crucial en la imitación y la empatía. La Dra. Rojas Estapé ha destacado cómo las neuronas espejo facilitan la reproducción de comportamientos observados en el entorno, incluyendo la violencia. Esto apoya la idea de que los niños que crecen en entornos violentos tienden a replicar esos comportamientos, perpetuando el ciclo de violencia en sus familias.

Al basar nuestra teoría en las contribuciones científicas de expertos como Calixto y Rojas Estapé, junto con nuestras observaciones de campo, estamos en condiciones de argumentar que una intervención educativa multidimensional es clave para transformar las comunidades afectadas por la violencia intergeneracional.